Cualquier aficionado al texto impreso sabe que el papel aguanta lo que le pongan.
- Pues no digamos la pantalla de ordenador.
- Bueno, eso ya ni le cuento. No hay más que echarle un vistazo a este blog. O a cualquiera, qué más da. Sólo que ahora estamos intentando hablar del papel, que parece que quieren acabar con él, pobrecito.
Decíamos que el papel aguanta todo, aunque también es verdad que tiene una preocupante propensión a dejarse socarrar. Desde el "Donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro hidalgo Don Quijote" y mucho antes (Biblioteca de Alejandría), siempre ha habido pirómanos dispuestos a acabar con toda idea y/o narración que no cuadre con su preconcebida visión de las cosas.
- Pues no digamos la pantalla de ordenador.
- Bueno, eso ya ni le cuento. No hay más que echarle un vistazo a este blog. O a cualquiera, qué más da. Sólo que ahora estamos intentando hablar del papel, que parece que quieren acabar con él, pobrecito.
Decíamos que el papel aguanta todo, aunque también es verdad que tiene una preocupante propensión a dejarse socarrar. Desde el "Donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro hidalgo Don Quijote" y mucho antes (Biblioteca de Alejandría), siempre ha habido pirómanos dispuestos a acabar con toda idea y/o narración que no cuadre con su preconcebida visión de las cosas.
Les cuento:
El ministro italiano de Simplificación Normativa (¿?), Roberto Calderoli, haciendo honor a su cargo, acaba de dar a la hoguera 375.000 leyes inútiles de los últimos 150 años: 150 cajas con un peso de 28 toneladas y media. ¿Se le ocurrió reciclarlas? Ya hemos dicho que no, les pegó el cerillazo. Mejor dicho les aplicó el lanzallamas. Él, personalmente.
Entre las ardientes leyes había reales decretos -aunque la monarquía fue abolida en 1946- sobre el jamón cocido conservado en lata y la lucha contra los saltamontes o las mariquitas en el sector cítrico. También había leyes de la época de Mussolini, como la que instituía los 'Fasci di combatimento', que nadie se había acordado de derogar, ya ve usted.
- Bien, la burocracia en llamas. Me apunto.
- Y yo. Ahora mismo.
Claro que hay que conocer al sujeto en cuestión:
Miembro de la fascista Liga Norte, Calderoli se hizo famoso por iniciativas tan conciliadoras como pasearse con un cerdo por un terreno destinado a una mezquita, con el fin de dejarlo impuro.
Además, vaya usted a saber lo que se ha cargado, pues en octubre del pasado año, en una especie de ensayo general, mandó a la hoguera, entre otras, la ley que suprimía la pena de muerte y la que creaba el Tribunal de Cuentas y algunos ayuntamientos. Tuvo que rehacerlas, claro.
Ah!, se me olvidaba, para la puesta en escena de la cremación convocó a la prensa en un cuartel de bomberos de Roma. Genial.
Ah!, se me olvidaba, para la puesta en escena de la cremación convocó a la prensa en un cuartel de bomberos de Roma. Genial.
4 comentarios:
Huele a porquería, de lo peor. Se pasan por donde les da la gana lo que les da la gana. Y les votan. Eso es: queman pruebas de la historia y la repiten con descaro.
Se preparan para repetir, dando la imagen de la renovación. Son perversos, audaces y magníficos manipuladores de opinión pública. En la peor (mejor) dirán alguien, tradición política italiana.
Hoy, daré fortísimas patadas al balón de fútbol de mi hijo.
Gracias por entresacar y presentar esta nocticia, Juan. Que sea un buen día.
Con tu permiso, Juan, hoy queremos decir lo que pensamos de este ilustre y docto político (representativo de de muchos otros que por desgracia padecen y padecemos): Este individuo además de un tarado mental es un ignorante peligroso.
Nos reservamos el resto de calificativos, porque te respetamos mucho, a ti y a tu blog.
Un abrazo.
Podríamos poner un kilómetro de calificativos, todos del estilo "que te dije", pero se los ahorraremos a los lectores.
Un ignorante con poder, ¡qué peligro!, y ¡cuántos hay! Por aquí cerca creo que tenemos alguno.
No me imagino a estas gentes ignorantes. ¿Lo son? Me los imagino más bien audaces, engreídos y como endiosados... poniéndose el mundo y el universo entero por montera... insensibles al dolor de los otros, de las personas sencillas...
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