Chuck Berry - The Legend

miércoles, 10 de abril de 2013

EL ÚLTIMO CUPLÉ DE SARA


Sara Montiel - Fotografías de Gyenes

    Es fascinante la trayectoria vital de Sara Montiel. ¿Cómo una humilde chica manchega, nacida María Antonia Abad en Campo de Criptana, llegó a codearse con lo más glamouroso del Hollywood de su época, para -mucho más adelante, una vez abandonados los focos cinematográficos en 1974, con apenas 46 años- acabar siendo una caricatura de sí misma? Misterios del destino.
    Sara Montiel (Sarita la llamaban en Hollywood, a partir de su primera película americana, Veracruz, después de haber interpretado unas cuantas en España y en México) conoció y trabó amistad, y a veces algo más, con gente como Gary Cooper, Burt Lancaster, Ernest Borgnine, Charles Bronson, Joan Fontaine, Vincent Price, Elizabeth Taylor, Alfred Hitchcock, Marlon Brando, James Dean, o... ¡Billie Holiday!
    Trabajó a las órdenes de directores de la talla de Anthony Mann (su primer marido) o Robert Aldrich (Veracruz)...
    De todos tenía anécdotas que contar, a medio camino entre la realidad y la fantasía. Son famosos los huevos fritos que le preparaba a Marlon Brando; también el día en que se libró de una muerte segura al no aceptar la invitación de James Dean de subir a su flamante automóvil y el número que montó porque a su amiga Billie Holiday no le dejaron entrar por negra en un restaurante.
    Tuvo una sorprendente (por heterogénea) colección de amantes: desde Indalecio Prieto a Burt Lancaster -al que hizo muy poco caso, ya que decía que le interesaban más los muchachos que las mujeres-, pasando por el misógino Miguel Mihura, el escritor Ernest Hemingway, el poeta León Felipe, que le dedicó alguno de sus poemas, o el científico Severo Ochoa, del que juraba que había sido su verdadero amor. Así hasta que casó con Pepe Tous.
    En el aspecto musical, Sara se mantuvo activa toda la vida. Además de su repertorio clásico, a partir de los setenta comenzó a cantar temas como Me gustas cuando callas (adaptación del famoso poema de Pablo Neruda), o Bolero triste, que Joaquín Sabina compuso especialmente para ella, por no hablar de  ¡Ay, qué caray! de Nacho Cano, Atrévete otra vez de Carlos Berlanga y Nacho Canut, Fúmame, fúmame de Sabina, Antonio Carmona y Javier Gurruchaga (quien la grabó a dúo con Sara) o el tango Macho de Óscar Gómez.
    En fin, una vida intensa.
   
Veracruz - Robert Aldrich

    Descanse Sara Montiel, Sarita, Saritísima, como rezaba el cartel de uno de los musicales que interpretó en España en sus últimas épocas.
    Descanse Mª Antonia Abad Fernández, española y manchega.
    Me juré no tener amo y lo he cumplido, decía.