El estudio del espacio exterior se ha guiado hasta hace bien poco, pongamos menos de cien años, por intuiciones y afición. Desde que el gran Galileo enfocó su rudimentario telescopio hacia la Luna hace cuatrocientos años, una pléyade de astrónomos aficionados o semiprofesionales han escudriñado el cielo a la búsqueda de... ni ellos sabían muy bien qué. Hoy se los considera pioneros, naturalmente.
A Charles Messier le interesaban los cometas. Nacido en Badonviller (Francia) en 1730, a lo largo de su vida de 88 años observó y estudió 44 de ellos con una paciencia de patriarca bíblico y descubrió 20 nuevos. En 1759, fue el primer astrónomo profesional que observó el regreso del cometa Halley y que siguió y estudió su órbita con precisión. Fue elegido miembro de la Academia Francesa de Ciencias en 1770 y desarrolló sus trabajos en el Observatorio de la Marina de París, ciudad en la que murió en 1817. Luis XV se refería a él como "le furet de comètes" (El hurón de los cometas).
No es recordado Messier como perseguidor implacable de cometas, sino que su nombre ha quedado asociado para siempre al catálogo de objetos estelares que le estorbaban en sus observaciones y a los que bautizó como objetos molestos. Objetos a los que, en principio, no daba la menor importancia, pero entre los que se encuentran:
- Cúmulos estelares abiertos, como M6.
- Cúmulos globulares, como M13.
- Regiones de formación estelar, como M42.
- Nebulosas planetarias, como M97.
- Galaxias espirales, como M104 o M51.
- Galaxias lenticulares: como M86.
- Galaxias elípticas: como M87.
- Galaxias irregulares, como M82, etc.
Messier presentó su catálogo a la Real Academia de Ciencias de París en 1771, cuando contaba con 45 objetos y publicó una primera versión en 1774. El catálogo fue ampliándose hasta los 110 objetos, algunos de los cuales no fueron incluidos hasta el siglo XX.
Actualmente el catálogo Messier se sigue utilizando tanto por astrónomos profesionales como por aficionados. La galaxia de Andrómeda, gemela de la Vía Láctea -nuestra casa-, con la que forma lo que en Astronomía se conoce como ancla gravitacional, continúa siendo la M31. La Nebulosa del Cangrejo es M1, la Nebulosa de Orión M42, etc.
Prácticamente todos los Objetos Messier son accesibles con telescopios pequeños o medios. Incluso alguno puede ser observado a simple vista, como Andrómeda, que está a sólo dos millones y medio de años-luz (unos 24 billones de kilómetros), y que en noches claras se puede ver como una pequeña lenteja en la constelación de su propio nombre.
Presentación en vídeo de Juan Nadie
6 comentarios:
No tenía ni idea. Voy viendo. Qué preciosidades. Repito: si fuera diseñadora de joyas...
Juan Nadie, gracias por compartir.
Cara de hurón sí tenía sí.
Grandes hombres como Galileo y Messier son los que nos abrieron esas fabulosas ventanas hacia el universo.
Qué fascinante poder observar más allá de las estrellas.
Un texto interesantísimo.
Un abrazo.
Fabulosa la presentación del catalogo con fondo de Vangelis.
¿Alguna vez viajaremos en el espacio-tiempo, para poder visitar Andrómeda, o Sirio, o...algún otro mundo?
Estoy seguro, Caballero Templario. Y, en todo caso, ya estamos viajando.
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