El profesor James Watson, reputado científico descubridor de la doble hélice del ADN y premiado con el Nobel de Medicina de 1962, perdió otra magnífica oportunidad de estarse calladito. Y van unas pocas.Resulta que el pasado mes de Octubre, en una entrevista con el diario británico "The Times", no se le ocurrió mejor cosa que soltar lo siguiente: "Todas nuestras políticas sociales se basan en el hecho de que la inteligencia de los africanos es similar a la nuestra, cuando las pruebas dicen que no es el caso".
Pero como las palabras las carga el diablo, acaban de trascender los resultados de una prueba de ADN a la que se sometió en su día, y en ellas queda de manifiesto que en su genoma hay un 16% de genes africanos. El promedio de estos genes en los europeos es del 1% (el mestizaje, amigos).
Es que además, según Karl Stefansson, del laboratorio CODE Genetics, encargado del examen, no se trataría de un ancestro lejano, sino de uno de sus tatarabuelos.
Hay que decir, sin embargo, que esta noticia ha saltado a Internet con el consentimiento del Dr. Watson quien , en vista de la polémica, ha pedido disculpas a la opinión pública por sus declaraciones.
La vinculación de Watson con la raza negra no es un hecho aislado en nuestra civilización occidental. Por poner sólo un ejemplo, durante la ocupación romana de las Islas Británicas, los emperadores enviaban a sus generales libios o sudaneses a descansar a Escocia después de las guerras en Europa. Descansaban, pero también se divertían, ¿que no?. De los Estados Unidos, de donde es nativo el doctor, ni hablamos.
Elemental, querido Watson.
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