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lunes, 28 de mayo de 2012

DESOBEDIENCIA CIVIL (Fragmentos)

Henry David ThoreauCreo de todo corazón en el lema “El mejor gobierno es el que tiene que gobernar menos”, y me gustaría verlo hacerse efectivo más rápida y sistemáticamente. Bien llevado, finalmente resulta en algo en lo que también creo: “El mejor gobierno es el que no tiene que gobernar en absoluto”. Y cuando los pueblos estén preparados para ello, ése será el tipo de gobierno que tengan. En el mejor de los casos, el gobierno no es más que una conveniencia, pero en su mayoría los gobiernos son inconvenientes y todos han resultado serlo en algún momento.
[...] Si el mercado y el comercio no estuvieran hechos de goma, nunca lograrían salvar los obstáculos que los legisladores les atraviesan en forma sistemática. Y si uno fuera a juzgar a esos señores sólo por el efecto de sus acciones, y no en parte por sus intenciones, merecerían ser castigados como a los bandidos que atraviesan troncos sobre los rieles del ferrocarril.
[...] Después de todo, la razón práctica por la cual, una vez que el poder está en manos del pueblo, se le permite a una mayoría, y por un período largo de tiempo, regir, no es porque esa mayoría esté tal vez en lo correcto, ni porque le parezca justo a la minoría, sino porque físicamente son los más fuertes. [...] ¿Tiene el ciudadano en algún momento, o en últimas, que entregarle su conciencia al legislador? ¿Para qué sirve entonces la conciencia individual? Pienso que antes que súbditos tenemos que ser hombres. No es deseable cultivar respeto por la ley más de por lo que es justo. [...] La ley jamás hizo al hombre un ápice más justo, y a causa del respeto por ella, aun el hombre bien dispuesto se convierte a diario en el agente de la injusticia.
[...] El hombre sabio será útil sólo como hombre, y no aceptará ser "arcilla" o "abrir un hueco para escapar del viento", sino que dejará ese oficio a sus cenizas.
"Soy nacido muy alto para ser convertido en propiedad, para ser segundo en el control o útil servidor e instrumento de ningún Estado soberano del mundo".
[...] El hombre sabio no deja el bien a la merced de la suerte, ni deja que se mantenga por el poder de la mayoría. Hay poca virtud en la acción de las masas.
[...] Existen leyes injustas: ¿debemos estar contentos de cumplirlas, trabajar para sustituirlas, y obedecerlas hasta cuando lo hayamos logrado, o debemos incumplirlas desde el primer momento? Las personas, bajo un gobierno como el presente, piensan por lo general que deben esperar hasta haber convencido a la mayoría para cambiarlas. Creen que si oponen resistencia, el remedio sería peor que la enfermedad. Pero es culpa del gobierno que el remedio sea peor que la enfermedad. Es él quien lo hace peor. ¿Por qué no está más apto para prever y hacer una reforma? ¿Por qué no valora a su minoría sabia? ¿Por qué grita y se resiste antes de ser herido? ¿Por qué no estimula a sus ciudadanos a que analicen sus faltas y lo hagan mejor de lo que él lo haría con ellos? ¿Por qué siempre crucifica a Cristo, excomulga a Copérnico y a Lutero y declara rebeldes a Washington y a Franklin? [...] Si un hombre que no tiene propiedad se niega sólo en una ocasión a pagar nueve chelines al Estado, es puesto en prisión por un término ilimitado por ley que yo conozca, y recluido a la discreción de aquellos que lo pusieron allí; pero si le roba noventa veces nueve chelines al Estado, es pronto puesto de nuevo en libertad. [...] En cuanto a adoptar las formas que el Estado ha entregado para remediar el mal, yo no sé nada de tales formas. Necesitan mucho tiempo, y la vida se habrá acabado para entonces. Tengo otras cosas que hacer. Yo vine a este mundo no propiamente a convertirlo en un buen lugar para vivir, sino a vivir en él, ya sea bueno o malo. Una persona no tiene que realizarlo todo, sino algo; y puesto que no puede realizarlo todo, no es preciso que vaya haciendo peticiones al gobernador o al legislador más de lo que ellos me las tienen que hacer a mí. ¿Y si ellos no escuchan mi petición, qué tengo que hacer? En este caso el Estado no tiene contestación.
[...] Por mi parte, no quiero ni pensar que alguna vez dependa de la protección del Estado. Pero si yo niego la autoridad del Estado cuando éste me presenta la cuenta de los impuestos, pronto se llevarán y gastarán mis propiedades y me acosarán a mí y a mis hijos sin descanso. Esto es duro. Esto hace imposible a la persona vivir honestamente y al tiempo con comodidad en lo que a la vida material atañe. No vale la pena acumular propiedades que de seguro se volverán a ir. Hay que alquilar o establecerse en cualquier predio, cultivar una pequeña cosecha y comérsela pronto. Hay que vivir dentro de sí mismo y depender de uno mismo, siempre arremangado y listo a arrancar, sin tener muchos asuntos pendientes. Un individuo puede volverse rico en Turquía, si es en todas las facetas un buen súbdito del gobierno turco. Confucio dijo: "Si un Estado es gobernado por los principios de la razón, la riqueza y los honores son objeto también de vergüenza"
[...] Yo no nací para ser forzado. Respiro a mi manera. Ya veremos quién es el más fuerte. ¿Qué fuerza posee una multitud? Sólo me pueden obligar los que obedecen una ley más alta que yo. Quieren obligarme a que me vuelva como ellos. No escucho a quienes han sido obligados por las masas a vivir así o asá. [...] Sólo veo que cuando una bellota y una castaña caen juntas, la una no se queda estática para cederle campo a la otra, ambas obedecen sus propias leyes y germinan y crecen y florecen lo mejor que pueden, hasta que una, probablemente, eclipsa y destruye a la otra. Si una planta no puede desarrollarse de acuerdo a la naturaleza, se muere; lo mismo el ser humano.
[...] Con todo, el gobierno me trae sin cuidado, y pienso en él lo menos que puedo. No es mucho el tiempo que vivo bajo el gobierno, todavía en este mundo. Si un hombre piensa libremente, sueña, imagina libremente, nunca estará por mucho tiempo de acuerdo con lo que no es como con lo que es, así no puede ser interrumpido por gobernantes o reformadores necios.
[...] ¿Es la democracia que conocemos la última mejora posible de gobierno? ¿No es factible adelantar un paso en el reconocimiento y la organización de los derechos del hombre? Nunca existirá un Estado totalmente libre e iluminado hasta cuando ese Estado reconozca al individuo como un poder más alto e independiente, del cual se deriva su propio poder y autoridad y lo trate en consecuencia. Me complace imaginar un Estado que finalmente pueda pregonar el ser justo con todos, y que trate al individuo con respeto; más aún, que no llegue a pensar que es inconsistente con su propia tranquilidad si unos cuantos viven separados de él, no mezclándose con él, sin abrazarlo, pero cumpliendo con su obligación de vecinos y compañeros. Un Estado que produjera este fruto y lo entregase tan pronto estuviese maduro abriría el camino para otro Estado, aún más perfecto y glorioso, que yo he soñado también, pero que aún no he visto por ninguna parte.

Desobediencia civil es quizás uno de los ensayos más exitosos y trascendentes del autor del que el propio Gandhi y Lanza del Vasto han reconocido su influencia. Thoreau indica que lo escribió a raíz de la guerra contra México (1846-48) en la que los EEUU, pretextando absurdas amenazas, iniciaron su carrera imperialista a través de la paz de Guadalupe Hidalgo. Thoreau montó en cólera por el maquiavelismo estadounidense contra el país vecino y por ello fue a la cárcel, aunque sólo fuera por una noche, pero a partir de entonces se negó a pagar unos impuestos que, según él, no dejaban de alimentar una política agresiva y expansionista que, salvo honrosos períodos, llega hasta la actualidad. FRANCESC LL. CARDONA

8 comentarios:

marian dijo...

No sé por dónde cogerlo, es que ha cortado (o cortó) mucha tela.
Es que no creo que se pueda hacer una sociedad mejor (perfecta creo que no es posible) de esa forma; pero probemos, todos insurrectos, no unos pocos, todos, a ver qué pasa.
Venga todos a la selva y que reine la ley del más fuerte, sin leyes justas ni injustas, que triunfe la ley de la naturaleza.
No creo en estas visiones de soñadores o ensoñadores; sin embargo sí creo en las de Marina, las veo realizables, aunque puedo estar equivocada, pero así lo siento y lo pienso (y lo escribo).

Juan Nadie dijo...

Bueno, esto es, como todo, producto de una época, pero el anarquismo de Thoreau influyó enormemente en un bloque de ideas del siglo XX.
Ahora estamos en otra cosa, claro, pero si leemos un poco más al bueno de Thoreau (un post no da para mucho), veremos que algunas de sus ideas siguen siendo sugerentes.

marian dijo...

Esperemos que también sean prácticas, que en cuanto a imaginar y soñar, nuestra capacidad es casi ilimitada, que por otra parte, igual es hasta bueno, por lo menos es gratis:)

Sirgatopardo dijo...

Será irreailizable, pero si todos lo leyéramos seguro que ayuadaría a que algo cambie.

Juan Nadie dijo...

Eso pienso yo también, y además tampoco tenemos prisa, que las prisas no son buenas para nada.

marian dijo...

No,no tenemos nada de prisa, tenemos la eternidad por delante, ¡tonto el último!

finchu dijo...

Si no pagar impuestos es desobediencia civil, yo conozco a una pila de desobedientes civiles del carajo.

Juan Nadie dijo...

Sí, pero lo de esos que tú y yo conocemos no es desobediencia civil, es morro