UN VISIONARIO

La inmensa mayoría de los lectores conoce a quien firma el post anterior como un escritor de ciencia-ficción.

Arthur C. Clarke fue mucho más que eso. Físico y matemático, pero sobre todo visionario, sentó con su conocimiento científico y su imaginación las bases de algunos avances que hoy son plenamente actuales. Durante la Segunda Guerra Mundial, en la que sirvió como especialista en radares de la fuerza aérea británica, participó en el desarrollo de un sistema de defensa con esta tecnología. En 1945, en un artículo científico, planteó por primera vez la idea de que los satélites podían ser centros de comunicaciones y sentó las bases de los satélites en órbitas geoestacionarias para esos fines. Hoy hay miles orbitando por ahí arriba. ¿Existirían los teléfonos móviles sin la idea de Clarke? Quién sabe.

Fue un gran divulgador científico. "Si algo sabemos de la historia de los descubrimientos es que, en el largo plazo, las profecías más arriesgadas son ridículamente conservadoras", escribió.

Entre los más de 90 libros que publicó, Clarke -que recibió el título de caballero inglés en 2000- es autor de "El centinela", el relato que Stanley Kubrick llevó al cine como "2001: Odisea del espacio" . Como todos sabemos el éxito de la película fue inmenso, de modo que Clarke convirtió el relato en novela con el mismo título que la cinta de Kubrick.

En 1969, considerado ya un "profeta" de la era espacial, narró para la cadena televisiva CBS, junto al astronauta Walter Schirra, la llegada del Apolo a la Luna. Años después haría lo mismo en las misiones Apolo XII y Apolo XIV.

También son conocidas sus famosas Leyes de Clarke, publicadas en su libro de divulgación científica "Perfiles del Futuro" (1962):

1ª Ley:
Cuando un anciano y distinguido científico afirma que algo es posible, probablemente está en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, probablemente está equivocado.
2ª Ley:
La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse hacia lo imposible.
3ª Ley:
Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

Murió a los 90 años el 19 de Marzo pasado en Sri Lanka, donde residía desde 1956, interesado por la exploración submarina y la vida subacúatica.
Descanse.