Y ocurrió. La agresión al Presidente del Gobierno y candidato a la presidencia Mariano Rajoy no es un simple acto salvaje de un niñato descerebrado, sino producto, en gran medida, del caldo de cultivo que cierta izquierda cavernícola lleva preparando desde hace lustros. Esa izquierda que se cree en posesión de la verdad y la razón moral y para quien el adversario político no es más que un enemigo a exterminar. La caverna lleva tiempo instalada en la izquierda. En algunos sectores de la izquierda.
Esta vez ha sido un independentista gallego. Podría haber sido cualquiera. Los partidos políticos se han apresurado a condenar la agresión, pero estoy seguro que en algunos casos y en ciertos personajes o personajillos la alegría va por dentro.
En fin, España.
Esta vez ha sido un independentista gallego. Podría haber sido cualquiera. Los partidos políticos se han apresurado a condenar la agresión, pero estoy seguro que en algunos casos y en ciertos personajes o personajillos la alegría va por dentro.
En fin, España.
3 comentarios:
Aquí mucho no ha sonado el tema, pero no impide opinar que ese camino, el de la violencia, es el que nunca debiéramos transitar. Para una sociedad que se precie el camino debiera ser el de la justicia que conduce a hacer realidad el resto de los reclamos y reivindicaciones. En Argentina por ejemplo, la justicia traerá educación, salud, vivienda, seguridad, etcétera, además de castigar la corrupción, el narcotráfico...
Nunca debemos transitar el camino de la violencia, pero en España siempre estamos en un tris. No aprendemos. Somos cainitas por naturaleza. Tuvimos unas cuantas guerras civiles en el XIX y otra en el XX (en realidad también era del XIX)y, aunque el fantasma de la guerra está conjurado, seguimos tirándonos los trastos a la cabeza: el adversario sigue siendo enemigo y hay sectores empeñados en atizar ese fuego. No sé si tendremos remedio algún día.
Happy New Year!
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