Los ojos casi ciegos de Facundo Cabral, argentino universal, fueron sellados brutal y definitivamente ayer en Guatemala. Hoy es un mal día.
Cristiano y anarquista, amigo de Jorge Luis Borges y seguidor de Gandhi, Walt Whitman y Madre Teresa de Calcuta, narraba episodios de su vida de esta manera:
- Fui mudo hasta los nueve años, analfabeto hasta los 14, enviudé trágicamente a los 40 y conocí a mi padre a los 46.
- Cuando me marché de casa tenía siete años. Mi madre me acompañó a la estación y al subir al tren me dijo: 'Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte; el primero fue darte la vida y el segundo, la libertad para vivirla'.
- Mi madre, poco antes de morir, me dijo: 'Muero contenta porque cada vez te pareces más a lo que cantas'
- Mi ahijado dice, a sus dos años de edad, que soy artista porque canto, y que canto para poder comprarle chocolates, que es lo más razonable que escuché sobre mi oficio.
- Un día me dijo Alberto Cortez: 'Facundo, ¿sabés por qué los argentinos hasta los 40 años somos engreídos, petulantes? ¡Porque a partir de los 40 somos perfectos!'
2 comentarios:
Ya queda uno menos, pensará algún......
Por cierto, bendita manera de decir un tango
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