Chuck Berry - The Legend

miércoles, 25 de agosto de 2010

UNA EXCURSIÓN

"Omar nos llevó a hacer una excursión al desierto", dicen Albert Vilalta y Roque Pascual -cooperantes-empresarios de la construcción liberados estos días por Al Qaeda- en una grabación de la agencia mauritana Sahara Media difundida por TV3, en la que aparecen acompañados por Omar Saharaui, todos felices y contentos. El sujeto en cuestión no es otro que el propio secuestrador, que los vendió a la organización terrorista Al Qaeda para que ésta hiciese negocios con el gobierno español. Vilalta y Pascual parecen encantados con la compañía de Omar. ¿Síndrome de Estocolmo? No sé. Omar asegura que no es un terrorista, sino "un hombre de negocios." (sic). Una de las condiciones impuestas por Al Qaeda para la liberación de los secuestrados era la excarcelación del secuestrador, preso en Mauritania y condenado a 12 años. Se hizo: Omar (apodado en la zona "el que se enriquece") fue liberado y extraditado a Mali.

Sin comentarios.


Actualización (06-09-2010):
El Gobierno español regala un avión a Mauritania por soltar a Omar Saharaui

4 comentarios:

jose dijo...

Ya lo he dicho en otro sitio, y me alegro que hayan vuelto sanos y salvos, pero insisto:
No deberían dejar salir del país (este) a cierta gente que además se creen 'salvadores de patrias', cuando solo llegan a ser unos inconscientes sin sentido.

Juan Nadie dijo...

Hombre, eso que dices es un poco fuerte, que cada uno salga adonde le apetezca, pero que luego no nos vendan la moto averiada, por favor.

jose dijo...

No sé si has leido este artículo de Cuchí.
Me refiero solo a la primera parte, en la que habla del tema de los cooperantes.
Dentro de ese artículo hay un vínculo a otro de Pérez Reverte que no hay que perderse.

Juan Nadie dijo...

Está bien el artículo, un poco kamikace, pero bien:

Hace ya tiempo que estoy de vuelta en el tema de las ONG. Muchas de ellas son un refugio de vividores -puro producto de autoempleo basado en la explotación del sentimiento buenoide- y las más aparentemente serias pierden aceite por todas partes, empezando por Greenpeace que va desde perseguir a los transgénicos por todas las razones menos por las coherentes hasta la descarada alineación con la política municipal del achuntamén de Hereu, y terminando por Amnistía Internacional, que parece más preocupada por unos presos que por otros... Lo que no es esto, me parece verdadera purria, grandes consumidores compulsivos de subvenciones (en algunos casos, éstas parecen ser la única razón de su existencia), simples intermediarios en la pacificación de conciencias gilipollescas y maquinarias burocráticas atosigantes, redundantes e ineficientes que se comen más (mucho más) de lo que cocinan. Y aparte de eso -y no siempre sin que esas ONG tengan algo de culpa- con excesiva frecuencia la mitad de lo que cocinan se pierde por el camino y el resto llega en mal estado. Un desastre, vamos. La cantidad de dinero (enorme cantidad de dinero, en su mayor parte, público) que tragan las ONG sólo sería rentable si la ineficiencia, el despilfarro, la mala gestión e, incluso, en más de una ocasión, la corrupción, cotizaran en bolsa.

El artículo de Pérez Reverte ya lo conocía.