Chuck Berry - The Legend

domingo, 23 de agosto de 2015

NADA POR AQUÍ, NADA POR ALLÁ, O LA CIENCIA COMO MAGIA

¿Cuántas veces, en momentos comprometidos, ha deseado usted que le tragase la tierra? O, dicho de otro modo, ¿cuántas veces le hubiese gustado ser invisible, aunque fuese por un momento? Pues, cuidado, porque sus deseos están en un tris de hacerse realidad.

En 2003, el matemático chileno Gunther Uhlmann, doctor en Matemáticas por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, postdoctorado en Harvard y ganador del premio Bôcher, uno de los principales galardones de la Sociedad Estadounidense de Matemáticas, publicó un estudio científico en el que detallaba las ideas teóricas de la invisibilidad (¡!) Sirviéndose de ecuaciones matemáticas (¡Ah, las Matemáticas, base de todo...!), Gunther consiguió definir las propiedades que debería tener un material para que no absobiera ni reflejara la luz y, por tanto, fuese invisible. "La técnica consiste en hacer una capa de invisibilidad a lo Harry Potter, que tenga propiedades tales que puedan desviar la luz, de manera que lo que haya adentro sea invisible para el ojo humano", dice el ¿visionario? Uhlmann. Naturalmente, ese tipo de material no se encuentra en la naturaleza. Para conseguirlo sería necesario crear lo que el matemático bautizó como "un agujero blanco", que permitiera desviar los rayos de luz de tal manera que al observador le pareciese estar delante de un espacio vacío. En este sentido, es clave el concepto de refracción, o cambio de dirección que experimenta una onda al pasar de un medio material a otro. Parece que Uhlmann y su equipo de investigadores han logrado acotar las condiciones necesarias para generar el índice de refracción que permita convertir un objeto en invisible para el ojo humano. Gunther asegura que este concepto, propio de la ciencia ficción, ya es una realidad, y que además su desarrollo permitirá crear "mantos de inhibición sísmica" para proteger a las ciudades de los terremotos. Si viviese H. G. Wells estaría encantado.
Podría parecer que Gunther Uhlmann es un iluminado ("La ciencia está mucho más cerca de la magia de lo que nos imaginamos", dice) y que quiere sacar provecho de sus sorprendentes investigaciones, pero no: Uhlmann es defensor a ultranza del libre acceso a la ciencia, de modo que nunca ha patentado sus descubrimientos. "Me parece que los descubrimientos pertenecen a todo el mundo y no a mí particularmente: uno es producto de la sociedad en la que vive. ¿Por qué algo que salió de eso va a ser patentado? La ciencia tiene que estar disponible para el todo el mundo", dice el bueno de Uhlmann.
Veremos lo que da de sí y cómo se utiliza (esa es otra) esta investigación, que por cierto no es ninguna tontería, aunque a quienes no están familiarizados con la ciencia se lo parezca. Mejor dicho, si todo sigue su curso, no veremos. Es igual, como diría el castizo, para lo que hay que ver...

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Ninguna tontería. Lo imposible está por verse... Qué tipo interesante, además, y también su "visión": nada es de nadie.

Juan Nadie dijo...

Tal vez lo más interesante del tipo: la ciencia es de todos.