La verdad es que este Papa Francisco nos viene sorprendiendo un día sí y otro también incluso a los que no somos papistas, ni siquiera creyentes. Dice que nunca fue de derechas (¿?), habla del papado como de una lepra, hace dimitir a la mafia del Banco Vaticano y asegura que hará una iglesia católica más horizontal (más a ras de suelo) y menos vertical. Sorprendente. Estas cosas no solían decirlas los Papas.
A Manuel Alcántara, viejo descreído, también le sorprende:
No llevaban razón los que nos decían que no hay nada nuevo bajo el sol, ni bajo la luna que reluce y a veces nos alumbra, gastándole los hombros a los poetas y a otros lunáticos. Ahora estamos viendo lo nunca visto: un Papa anticlerical. El buen Pontífice Francisco no quiere seguir tendiendo puentes que corran el riesgo de caerse en un río revuelto y habla más claro de lo que lo habían hecho hasta ahora los cerrajeros del más allá y los custodios de las oxidadas llaves de San Pedro. Nadie había sido tan contundente en la crítica a un Vaticano que "se olvida del mundo" mientras promete la felicidad en el otro. El Papa Francisco está buscando un nuevo rumbo por las carreteras de siempre. Desea una organización más horizontal y se ha rodeado de ocho cardenales para establecer la nueva Guía Michelín del cielo, pero de momento está poniendo como un trapo a los antiguos conductores. La corte vaticana, a la que llama "la curia de cortesanos", se siente amenazada. Vamos a ver cómo acaba lo que no ha hecho más que empezar. Francisco ha dicho que hará todo lo posible para terminar con "la lepra del papado". Que Dios le dé suerte porque son muchos los que componen el organigrama del Estado Vaticano: desde la Guardia Suiza, que viste como cualquier equipo de la Champions League que llevara lanzas en vez de espinilleras, hasta los taimados contables del banco celestial.
Miedo nos da el Papa Francisco, que no sería el primero al que durmieran en el Señor, dándole una tisana para calmar los nervios y las prisas. Todo requiere su tiempo, incluso las sociedades intemporales.
De momento, los que llevan las finanzas del Banco Vaticano han cerrado 900 sucursales. Se le están echando tacones y medias suelas a las sandalias de San Pedro. Tiembla el cardenal Rouco, que es más papista que el Papa, y los 23 obispos que integran la Comisión Permanente del episcopado.
Algo va a cambiar, no de razón de ser, sino de razón de estar. Se va a formar la de Dios es Cristo.
El Papa es como nosotros
No llevaban razón los que nos decían que no hay nada nuevo bajo el sol, ni bajo la luna que reluce y a veces nos alumbra, gastándole los hombros a los poetas y a otros lunáticos. Ahora estamos viendo lo nunca visto: un Papa anticlerical. El buen Pontífice Francisco no quiere seguir tendiendo puentes que corran el riesgo de caerse en un río revuelto y habla más claro de lo que lo habían hecho hasta ahora los cerrajeros del más allá y los custodios de las oxidadas llaves de San Pedro. Nadie había sido tan contundente en la crítica a un Vaticano que "se olvida del mundo" mientras promete la felicidad en el otro. El Papa Francisco está buscando un nuevo rumbo por las carreteras de siempre. Desea una organización más horizontal y se ha rodeado de ocho cardenales para establecer la nueva Guía Michelín del cielo, pero de momento está poniendo como un trapo a los antiguos conductores. La corte vaticana, a la que llama "la curia de cortesanos", se siente amenazada. Vamos a ver cómo acaba lo que no ha hecho más que empezar. Francisco ha dicho que hará todo lo posible para terminar con "la lepra del papado". Que Dios le dé suerte porque son muchos los que componen el organigrama del Estado Vaticano: desde la Guardia Suiza, que viste como cualquier equipo de la Champions League que llevara lanzas en vez de espinilleras, hasta los taimados contables del banco celestial.
Miedo nos da el Papa Francisco, que no sería el primero al que durmieran en el Señor, dándole una tisana para calmar los nervios y las prisas. Todo requiere su tiempo, incluso las sociedades intemporales.
De momento, los que llevan las finanzas del Banco Vaticano han cerrado 900 sucursales. Se le están echando tacones y medias suelas a las sandalias de San Pedro. Tiembla el cardenal Rouco, que es más papista que el Papa, y los 23 obispos que integran la Comisión Permanente del episcopado.
Algo va a cambiar, no de razón de ser, sino de razón de estar. Se va a formar la de Dios es Cristo.
Manuel Alcántara
18 comentarios:
Los caminos del marketing son inescrutables, hermano.
Oh, vale: no voy a ser tan descreído.
No, si por ahí van los tiros. No todos, pero sí algunos.
Ojalá no fuese así, pero tal como son las cosas mucho me temo que se quedará en un lavado de imagen. Lo que hay detrás no lo cambia ni el Papa.
Eso creo yo también.
Esta hace el mismo papel que Obama en la Casa Blanca y seguramente le han puesto hasta los mismos.
Aún así, prefiero este discurso a los anteriores, algo sedimentará.
Sí, es preferible, desde luego, sobre todo porque tiene influencia sobre buena parte de la población. Algo quedará.
Yo recuerdo que cuando la guerra de Irak, el Papa dijo algo en contra y rápidamente la administración yanki hizo la llamada de rigor, la respuesta por parte de la curia fué: eso son cosas que dice su santidad, pero la política del Vaticano al respecto, no ha cambiado.
Parece ser que si te hacen Papa ya puedes decir lo que te parezca, incluso ir de poli bueno, la máquina continua proceso.
Seguro que la política del Vaticano no ha cambiado todavía, cosas de la inercia, y dudo que cambie, pero parece que lo intenta, no sé.
Desde luego Francisco va de "poli bueno", pero es argentino, puedes esperar lo que se te ocurra.
...y algunos dando ideas...
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dios mío!.... y de los demás, tío...
Hombre... todo el mundo sabe que Dios es argentino.
Anda que los jesuítas..., ya les vale.
Y sí, por supehto...
El famoso chiste argentino que están dos porteños discutiendo y llega un compañero y pregunta: ¿porqué discutís? -Es que este, dice uno de ellos, asegura que es hijo de Dios y no sabe el boludo que el hijo de Dios soy yo.
-Callá, ¿vos no sabés que yo no tengo hijos?
Papa, llama...
Che, terminenlacon los argentinos, reconozcan lo que somos y los vamos a perdonar y a abrir las puertas del Cielo. Recuerden que ahora tenemos las llaves.
Sí que es verdad, tenés razón, por eso me llevo bien con los argentinos. Porque además, como le decía Alberto Cortez a Facundo Cabral: "Facundo, ¿sabés por qué los argentinos hasta los cuarenta somos petulantes, engreídos? Porque a partir de los cuarenta somos perfectos".
No creo en lo que cree el Papa Francisco, pero creo en él.
No había leído este. Para colmo ahora la tapa de la Rolling Stone canta el mantra de Bob con un artículo sobre el Padre Jorge del barrio de Flores y del pobrerío de las villas de Buenos Aires.
Me ocurre lo mismo en cuanto al Papa Francisco.
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