Chuck Berry - The Legend

jueves, 27 de agosto de 2009

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

¿Es paranoica e interesada la obsesión que le ha entrado al mundo con el fenómeno de la gripe porcina o gripe A? ¿O son paranoicas y malintencionadas informaciones como las que aparecen en el vídeo? Sinceramente, uno no sabe qué pensar. Juzguen ustedes mismos.




Addenda (8-09-2009):
Juan Gervas
ANTE LA GRIPE A, CARTA ABIERTA A LA MINISTRA Y A LOS CONSEJEROS DE SANIDAD
(CON COPIA A MIS PACIENTES)

Por Juan Gervas, Licenciado y Doctor en Medicina por la Universidad de Valladolid

Con el debido respeto, ruego que escuchen a este médico general rural preocupado por el pánico desatado ante la epidemia de gripe A. Es preocupación clínica y social, pues se refiere tanto a la atención a los pacientes como al impacto en la estructura social, laboral y económica de un pánico que tendrá peores consecuencias que la propia epidemia de gripe A.
CONSIDERACIONES
Conviene recordar que el Gobierno de Canadá se planteó dos objetivos ante la gripe aviar (cuando en 2005 la OMS amenazó con hasta 150 millones de muertos, que quedaron en apenas 200 personas muertas en todo el mundo): 1/ disminuir su impacto en morbilidad y en mortalidad y 2/ mantener la estructura social. No es una visión improbable la de un país sumido en el caos, parado por cierres de escuelas y centros de trabajo, con las urgencias y servicios médicos colapsados, con falta de atención a otros problemas de salud incluso graves, como infartos de miocardio y apendicitis, sin hablar de los errores tipo retrasos en el diagnóstico de meningitis por confusión con la “omnipresente” y deslumbrante gripe A.Y, sin embargo, la gripe A es enfermedad benigna, con menos mortalidad que la gripe estacional (la de todos los años). Lo sabemos ya con datos, por la experiencia del invierno en los paises del hemisferio sur. La diferencia es responder como Argentina (pánico y descontrol absoluto) o como Australia (organización y eficacia). Según los cálculos más ciertos podemos esperar como máximo unos 500 fallecimientos por gripe A, frente a los mas de 1.500 anuales por la gripe estacional. Por ello, habrá menos muertos en todos los grupos de edad con la gripe A que con la gripe estacional. Para disminuir la mortalidad habrá que tratar adecuadamente a los casos que se compliquen. Lastimosamente la vacuna prometida llegará tarde, y no deja de ser una vacuna cuya eficacia desconocemos. Hasta que no haya más conocimiento muchos ni nos la pondremos ni la recomendaremos.
Respecto a las embarazadas, siempre se han visto más afectadas por la gripe, especialmente en el tercer trimestre, por los cambios cardio-respiratorios que provoca la ocupación del abdomen por el útero grávido. La gripe A no cambia nada respecto a la gripe estacional; habrá la misma proporción de ingresos, y menos muertes que con la gripe estacional. La embarazada puede y debería llevar la vida sana que siempre se le ha recomendado, lo que incluye continuar con su vida normal, familiar y laboral. La gripe A no provoca abortos ni malformaciones del feto. Estar embarazada no aumenta la probabilidad de contagiarse por gripe A. Se debe continuar la lactancia natural aunque se tenga gripe A, no hay ningun problema para el lactante.
La seleccion de personas por sus “factores de riesgo” es cuestion discutible pues los factores de riesgo ni son necesarios ni son suficientes para explicar las complicaciones. Por ejemplo, hasta el 70% de los niños que mueren por gripe estacional carecen de factores de riesgo definidos.
La predicción sobre la evolución de la gripe A debería basarse en lo que sabemos de esta propia epidemia y de pandemias previas. Por ello lo previsible es una onda de rápido contagio. Hablar de otras posibilidades es ignorancia, fantasía, irresponsabilidad o maldad. Es absurdo recordar epidemias de gripes de cuando ni había una cobertura pública sanitaria ni existían antibióticos para tratar las neunomías que las complican.

PROPUESTAS
Dejen de organizar protocolos y de promover medidas de recepción a los pacientes de probable gripe A que carecen de sentido. Es absurdo el aislamiento en urgencias y en los centros de salud de los pacientes con fiebre y síntomas de gripe. Durante la epidemia los griposos estarán en todos sitios y las medidas de aislamiento son innecesarias en los centros sanitarios. Sólo contribuyen a crear alarma y pánico.
No promuevan el diagnóstico exacto de la gripe A, excepto para investigación y vigilancia epidemiológica. Las pruebas de detección rápida son poco fiables, e inútiles. El seguimiento es el mismo sea gripe A, gripe estacional, o cualquier otra infección respiratoria.
Dejen que los médicos clínicos hagan su labor. Llevan años atendiendo a los pacientes con gripe, y saben hacerlo en las urgencias, las consultas y los domicilios
. Los “expertos” poco pueden añadir, salvo colaborar como consultores. La gripe A es más benigna que la estacional, pero probablemente concentrará a los enfermos en un período breve de tiempo. No conviene hacer grandes inversiones ni cambios, sino reforzar los dispositivos existentes con lógica y sentido común. La buena atención clínica a los casos complicados es tan importante o más que todas las demás medidas juntas. La atención a domicilio debería gravitar sobre los médicos de cabecera que tienen conocimiento y capacidad de decisión respecto a sus pacientes y su entorno familiar. Tengan en cuenta la sobrecarga de trabajo y prevean medidas para compensar las horas extras de trabajo (no todo es gastar en acumular antivirales y vacunas).
No promuevan excesivamente ni los antivirales ni la vacuna. Hay dudas razonables sobre sus ventajas, y tienen efectos adversos innegables.
Tengan en cuenta que la gripe A tendrá más impacto en la clase social baja, entre los pobres, marginados, toxicómanos, mal alimentados, mal abrigados y habitantes de viviendas insalubres
. Todos ellos tienen menos interés por su salud por lo que habrá que prever medidas proactivas tendentes a evitar la falta de equidad en la atención a estos pacientes y poblaciones.
No promuevan el uso de mascarillas. Su eficacia es dudosa.
Promuevan el autocuidado. Lo importante es que los pacientes y las familias se enfrenten a la gripe A con la misma serenidad y buen hacer que a la gripe estacional
. El ser humano ha evolucionado en convivencia con el virus gripal, de forma que hay un excelente cúmulo increíble de normas sensatas de autocuidados en la población. Como siempre ante la gripe, los individuos y las familias son capaces de cuidarse sin necesidad de médicos ni de sanitarios.
Faciliten la justificación de la ausencia al trabajo. La gripe dura siete días, y normalmente los tres primeros son los peores. Nada impide que esos tres días se puedan justificar por el propio trabajador, sin necesidad de baja médica (con lo que se ahorra la visita al médico en el 95% de los casos, que serán leves). Y en caso de ausencia más larga, de hasta una semana, facilite la justificación de la baja con un sólo documento que se pueda hacer en sólo una visita (según la organización actual se requerirían tres).
No cierren los colegios, ni las escuelas, ni las universidades. Tengan sentido común y auto-control.
Pidan a los medios de comunicación que sean responsables. No tiene sentido transmitir en vivo y en directo cada muerte por gripe A. En vez de 500 parecerán 500.000. Con ello se crea alarma social innecesaria. Tenemos la experiencia de la meningitis C, que desató el pánico por este comportamiento absurdo de los medios de comunicacion. La percepción social del riesgo de contagiarse y de morir por gripe A no tiene nada que ver con la realidad. Todos tenemos la culpa, desde la Organización Mundial de la Salud al Ministerio de Sanidad y Política Social, pasando por las Consejerías de Sanidad, los Colegios de Médicos y los medios de comunicación. Y entre todos hay que lograr enmendar este desaguisado antes de que sea tarde. Es clave que la percepción social del riesgo de enfermar y de morir por gripe A corresponda a la realidad, a la de una enfermedad leve, una gripe de menor gravedad que la habitual.
Juan Gervas es médico de Canencia de la Sierra, Garganta de los Montes y El Cuadrón (Madrid). Profesor Honorario de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, y Profesor Visitante de Atención Primaria en Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad (Madrid).
Gracias a Elena (médico) por enviarnos esta carta tan didáctica y sensata.

7 comentarios:

Logan y Lory dijo...

Uno a lo largo de los años se ha vuelto desconfiado y este tipo de bombardeo informativo con visos febriles y apocalipticos nos parecen más una manipulación surgida de determinados sectores económicos (la industria faracéutica genera millones de beneficios), sin tener en cuenta que a la población hay que informarla y educarla, no alarmarla.

Un saludo cordial.

Juan Nadie dijo...

Completamente de acuerdo con esto último.

Almudena dijo...

Hasta el moño estoy de esto. Qué pasa ¿somos los que vivimos en lo que algunos llaman "países civilizados" más importantes que los millones de personas que mueren por malaria, o de hambre?

¿Por qué nosotros somos importantes y ellos "desechables"?

Cada vez que oigo hablar de la maldita gripe A, ardo por combustión espontánea.

Juan Nadie dijo...

Hay una carta abierta de Juan Gervas, doctor en medicina por la Universidad de Valladolid, a las autoridades sanitarias y a los pacientes, que merece la pena leer:

http://rubenroa.com.ar/?tag=juan-gervas


Quizá la incluya en el post.

jose dijo...

Ya iba siendo hora de leer algo razonable, coño.
Me quedo con lo que dice sobre el pánico que se está creando, peor aún que la propia enfermedad.
Ah, y los medios de comunicación... si se estuvieran calladitos... mejor nos iría a todos.

finchu dijo...

Así es... y como esto todo.
Y la gente con dos dedos de frente se cuestionará la información pero aunque se mate con la razón, no conseguirá nada.
Y la masa desinformada tira "pa´lante" como toro por cacharrería y arrasa con lo que sea.
Que la diosa fortuna nos libre de tener alguna urgencia en los próximos meses de colapsos hospitalarios absurdos e innecesarios

Anónimo dijo...

No había leído la addenda. Muy interesante. Gracias por facilitar su lectura incluyéndola aquí.